sábado, 9 de marzo de 2013

#40

Me levanto de la cama y estoy en un cuarto cuadrado con paredes blancas llenas de humedad, el piso de madera viejo, gastado, una ventana chiquita muy alta, todo medio oscuro. Un espejo gigante en una de las paredes, me miro y estoy con un camisón blanco y descalza. Mis pies están llenos de tierra. Miro el suelo y está plagado de pequeñas cucarachas que no dejaban de moverse y yo tenía que caminar para todos lados para esquivarlas. Llego al fondo de la habitación y quiero abrir la puerta, toda rasgada, vieja. Está cerrada. Vuelvo al espejo a verme. Que ya no está. Hay una marca de lo que una vez fue un espejo pero no está el espejo. Me asusto. Siento que una cucarachita me sube al cuerpo y en una maniobra para sacarla me caigo al suelo. Apoyo palmas de las manos y rodillas y empiezan a doler y sangrar. Me miro y tengo cortes. Miro el suelo y está lleno de pedazos de espejo. Toda la pieza estaba llena de insectos y piecitas de espejo. Empiezo a desesperarme. De repente me doy cuenta que es un sueño. Agarro una birome (no sé de dónde salió) y me escribo en la mano "espejo, bichos, sueño". Me despierto. Estoy vestida normal, en la casa de mi tía, me despierta un típico llamado a comer. Respiro sobresaltada. Me alivio de que fue un sueño. Miro las palmas de mis manos, ni un corte. Miro el revés de mis manos, y leo "espejo, bichos, sueño" en una. Y además las venas estaban hinchadas, parecían manos de vieja, y la birome estaba un poco corrida. Grito. Y me despierto de verdad.

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